Por suerte encontré un lugar al cual ir. No es que nunca encuentre algún lugar en el que me sienta cómoda, pero cuando se trata de encontrar un lugar al cual simplemente ir, pasar las horas mientras escribes o lees o... simplemente pensar, son pocos los espacios que pueden serte cómodos. Yo, la suertuda, encontré algo parecido a una cuadra del lugar donde viviré un año. Thinkers Cafe es chico. No exagero, es chico. CHICO. Diez mesas dentro de un local de 7x6 metros cuadrados. Las mesas son de 30x40 centímetros cuadrados y... están alineadas unas a las otras, casi pegadas. Con suerte paso con mi bolso para sentarme. No me quejo, el servicio es bueno. Además, en los dos días que llevo acá, me he adueñado de una mesita al lado de la ventana, donde la luz me pega en la cara y puedo ver a la gente que pasa -sí, copuchenta y qué-. Todo me da un aire a Valparaíso. La gente que camina... los cerros, las casas... Lo único que hasta el momento me ha golpeado ha sido ver los tremendos edificios que diviso desde la calle donde vivo. Gigantes, majestuosos... no, estos no deberían estar aquí, parece una ciudad del futuro, un Chicago o Santiago cualquiera (sí, compare a Chicago con Santiago, no lo debí haber hecho).
Hoy me reuniré con couchsurfers. Iremos a beber algo antes de ir a ver la banda Pomplamoose. Ya me muero por sacarle pica a Cristian. La verdad es que yo me muero de pena por no tenerlo yendo conmigo a estas cosas locas que aparecen de repente. El día jueves, luego de un vuelo de seis horas, día en el que no comí realmente, no bebí agua tampoco; día en el que el aquí y el ahora me golpeaba (ocupo mucho esa palabra últimamente) muy fuerte, caí en una pena horrible de noche. Obviamente todo esto es normal, pero no es nada agradable sentir tal pena, tal soledad. Hacía años que no sentía tal desamparo, PERO pensé en toda la gente preciosa que ha entrado en mi vida gracias a estos cambios locos y bruscos que, por un motivo u otro, persigo constantemente. A primera hora del día viernes -mentira, dormí hasta que me dio hipo jaja-, me vine a buscar este café del cual ya había oído. Recorrí el sector y, sin mentira alguna, ¡¡era como estar en Valpo!! Hasta vi un perro como el Duque ladrándome desde una ventana; me quedé ahí parada haciéndolo ladrar hasta que me sentí mal por la bulla que hacía.
Subiendo y bajando calles, encontré varios papeles en las murallas -¿papeles?¿panfletos?¿carteles? perdida-. En uno de ellos decía que la banda Pomplamoose va a estar el día de hoy en Cellspace -a 15 minutos de donde vivo-... ¡qué mejor manera de comenzar a vivir nuevamente! Mi cara se llenó con una sonrisa; ya veía el lado bueno del cambio. Y yo que casi viajaba el 28, me hubiese perdido a la banda.
A las seis tomaré el bus que me llevará al centro, conversaré con nuevas personas y luego if you think you need some loving that's fine.
Extraño mucho Minneapolis y la gente de allá. Mis amigos, al que rascaba los huevos de araña y a mi familia anfitriona, a Elyssa. Lo hermoso son esas semillas que vas dejando y que siempre crecerán. ¡ay! Me pongo sentimental. Echo de menos Chile.
¡Ah! Me faltó nombrar las dos mesas que se encuentran en la salida del local, cada una con sus respectivas dos sillas.
http://www.youtube.com/watch?v=z9KMgg7T_sg
Hoy me reuniré con couchsurfers. Iremos a beber algo antes de ir a ver la banda Pomplamoose. Ya me muero por sacarle pica a Cristian. La verdad es que yo me muero de pena por no tenerlo yendo conmigo a estas cosas locas que aparecen de repente. El día jueves, luego de un vuelo de seis horas, día en el que no comí realmente, no bebí agua tampoco; día en el que el aquí y el ahora me golpeaba (ocupo mucho esa palabra últimamente) muy fuerte, caí en una pena horrible de noche. Obviamente todo esto es normal, pero no es nada agradable sentir tal pena, tal soledad. Hacía años que no sentía tal desamparo, PERO pensé en toda la gente preciosa que ha entrado en mi vida gracias a estos cambios locos y bruscos que, por un motivo u otro, persigo constantemente. A primera hora del día viernes -mentira, dormí hasta que me dio hipo jaja-, me vine a buscar este café del cual ya había oído. Recorrí el sector y, sin mentira alguna, ¡¡era como estar en Valpo!! Hasta vi un perro como el Duque ladrándome desde una ventana; me quedé ahí parada haciéndolo ladrar hasta que me sentí mal por la bulla que hacía.
Subiendo y bajando calles, encontré varios papeles en las murallas -¿papeles?¿panfletos?¿carteles? perdida-. En uno de ellos decía que la banda Pomplamoose va a estar el día de hoy en Cellspace -a 15 minutos de donde vivo-... ¡qué mejor manera de comenzar a vivir nuevamente! Mi cara se llenó con una sonrisa; ya veía el lado bueno del cambio. Y yo que casi viajaba el 28, me hubiese perdido a la banda.
A las seis tomaré el bus que me llevará al centro, conversaré con nuevas personas y luego if you think you need some loving that's fine.
Extraño mucho Minneapolis y la gente de allá. Mis amigos, al que rascaba los huevos de araña y a mi familia anfitriona, a Elyssa. Lo hermoso son esas semillas que vas dejando y que siempre crecerán. ¡ay! Me pongo sentimental. Echo de menos Chile.
¡Ah! Me faltó nombrar las dos mesas que se encuentran en la salida del local, cada una con sus respectivas dos sillas.
http://www.youtube.com/watch?v=z9KMgg7T_sg