lunes, 14 de julio de 2008
El movimiento
Yo no quería, esa es la verdad. Sólo un golpe y todas las personas a mi alrededor me miraron de fotma extraña -está bien, no era gran público: una niña y su pequeño perro, y una pareja de enamorados (supongo)-. Yo sólo estaba mirando el mar; se veía tan tranquilo y el sol a medio esconder entre las nubes hacía que mi cuerpo se relajara. No estaba muy acostumbrado a venir a este lugar, es más, creo que jamás había notado los detalles que noté , y oí, ese día. Escuché los autos bajar y uno que otro bocinazo ;también, a las gaviotas -¡qué bellas!Planeando...- y luego, sin querer, escuché a un ave -o varias-, puse antención para ver dónde ésta se encontraba -o encontraban-, fue entonces cuando apareció. Recuerdo bien bien que mi hermano pequeño le decía coliflor. Yo le decía "no, se llama 'picaflor'" y cuando éste me preguntaba el porqué del nombre, yo sólo atinaba a decir "porque pican y pican a las flores, como los zancudos a nosotros", y desde ese día él comenzó a llamar a estos insectos picapiel. Vuevo al tema en cuestión. Me encontraba viendo el mar cuando de pronto advierto el lugar exacto en el cual se encontraba el ave, noto que vuela rápidamente hacia mí, por lo cual me moví. Acto seguido la veo tirada en el suelo. Yo no quería que chocase conmigo, sólo me moví. Cómo iba yo a saber que no se dirigía en mi dirección y que deseaba pasar -deseaba, porque la detuve- por mi lado. Yo sólo vi que venía de frente.