Fue algo así...
24 de noviembre de 2010, Golden Valley, MN
En la mañana Amy y yo preparamos el pavo. Lo puse en el horno a 320 de temperatura -la que debió ser 350- a las doce del medio día. Se cocinó por cuatro horas y media. Como a las cinco de la tarde partimos a la casa del papá de Amy, Amy, Elyssa, Dan y yo.
Llegamos a la casa y ya habían más primos y tíos. Desde Alaska estaban el hermano de Amy con su esposa e hija, y de Suesia el tío de Amy con su familia. Éramos un total de 23 personas en la casa, cuatro de ellos niños.
Conversamos un momento todos... casi todos, algunos estuvieron en la cocina prepando lo último para cenar. Me encantó este día. No sólo conocí a más familiares de mi familia anfitriona, sino que también puedo apreciar cómo se llevan ellos. Hay tanto lenguaje corporal que me dice más que lo que puedo oír de sus bocas. Es entretenido.
La comida estuvo deliciosa. Además del pavo que Amy y yo preparamos -me llevo algunos créditos por ayudar-, había otra con una diferente preparación, un tipo de pastel hecho con porotos verdes y queso y algo más -toing-, puré de papas dulce (sweet potato), un aderezo hecho con frambuesa, aceite y... creo que vinagre; choclo, ensalada de lechuga, nueces y frutilla, pasta y más.
Al comenzar la cena, cantaron algo así como una oración para dar gracias. La comida iba normal, algunos se hablaban, otro se preocupaban de hablar mucho... yo observaba y de vez en cuando decía algo; entonces, el hermano de Amy llamó la atención, yo pensé que sería un brindis, pero resultó ser algo así como una petición:
-Disculpen, pueden todos poner atención, gracias.
Se levantó el hermano de Amy, abrió una carpeta y sacó una hoja, la que luego se desplegó convirtiéndose en unas cuantas unidas, posicionó sus manos como si sujetara un papiro... sólo con una mano, con la otra tocaba su pantalón, a ratos su pelo, su cara o el papel.
Levantó su voz para anunciar que esto era sólo una especie de rutina, algo que debía hacer cada vez que Amy llevaba a un posible novio a casa, y que es un procedimiento que él, como hermano, debe realizar para así saber qué tipo de persona es la que está compartiendo con ellos... y está tocando las puertas de ser parte de la familia...
-¿Has mentido alguna vez?
-Sí
-¿Has tomado alcohol hasta quedar en un estado no apropiado para los canones sociales o tus padres?
-Sí
-¿Te gustan los árboles?
-Sí
... Y así siguió con las preguntas. Otras preguntas más graciosas; otras más desubicadas. Todas respondidas de manera condescendientes a la vez que todos comentaban.
Me gustó la idea... Ya quisiera yo que mi hermano hiciera eso, sólo por diversión. Aunque, tal vez, debería ser yo quien lo hiciera.